martes, 20 de octubre de 2009

De la novela sicaresca al reality traquetesco

Mientras presenciamos la invasión en los medios visuales de novelas televisivas y películas basadas en la situación del narcotráfico colombiana, observamos cómo se crea mediante estas una percepción de lo ya superado, un pasado muy lejano que no regresará, porque nuestro presente lo ha embestido con sus políticas de seguridad.

No estoy afirmando que estas telenovelas de traquetos y las películas basadas en sus vidas sean obras del gobierno de turno, pero alguna influencia si han debido tener en su realización. ¿Cómo han conseguido las cadenas televisivas los helicópteros del ejército, o incluso los testimonios de las personas para hacer la dramatización tan “real”? ¿Es esa la verdad de lo que sucedió?
Obviamente sabemos que la respuesta es no. En primer lugar porque la telenovela no representa los hechos reales, hace una dramatización de la realidad, una representación de la misma. Es imposible mostrar a la perfección cada mínimo detalle de lo que en realidad sucedió. En segundo lugar, los testimonios que se recogieron deben corresponder en su mayoría a los proporcionados por militares, quienes, al igual que los narcotraficantes, no contarán diversos datos de sus vivencias porque no les conviene.

Por otro lado, está el aspecto de la impresión de cambio. No niego que la situación del país no haya cambiado durante la última década, sin embargo, es un error separar maniqueamente aquella época de la actual. Los traquetos siguen existiendo, el negocio del narcotráfico también. Esta situación no es análoga a la extinción de los dinosaurios. Las políticas de seguridad sí han ayudado a que muchas de las actividades ilícitas se hayan disminuido, pero su fin definitivo es aún lejano. Esta impresión de seguridad presente ante un pasado completamente inseguro es la imagen reforzada por la telenovela traquetesca.

Por último, debemos resaltar que la telenovela traquetesca es una transformación de la novela sicaresca. En la década de 1990, surgió un género literario propiamente colombiano: la novela sicaresca. Fernando Vallejo con su obra, La virgen de los sicarios catapultó dicho movimiento y lo posicionó como una posibilidad de mostrar la realidad de nuestro país en un mundo de ficción. La virgen de los sicarios fue llevada a las pantallas, como lo hizo también Rosario Tijeras. Sin embargo, el tema de los sicarios era solo un hecho adicional al problema del narcotráfico. Adentrándose más a este, se opto por representar el problema de las cirugías en relación a la prostitución y la mafia. Pero desde hace unos años el tema de moda es la vida del narcotraficante y todos sus detalles. La telenovela traquetesca es la continuación de la representación de la situación colombiana, que entretiene a millones de televidentes diariamente.

Impactante: la telenovela traquetesca es un negocio. A la sociedad colombiana le gusta revivir la situación del pasado. La pregunta es con qué objetivo. Una de las respuestas a esta pregunta, que planteo en este escrito es para sentir que la seguridad nos rodea. Para recordar que nada podrá ser como lo fue antes. La telenovela y la película traquetesca convertida en un reality afianza el “éxito” de las políticas de seguridad, pues generan la impresión de que esa es una realidad de otra época, que en la actualidad es casi inexistente.

Sin embargo, ¿qué le seguirá?, ¿Hemos llegado a la exegesis de la representación de los problemas colombianos?